Posted by: xabeldiz | Xineru 6, 2024

Nieve en Cabrales

El Oriente de Asturias. 17/3/1888

Sr. Director de EL Oriente de ASTURIAS

Muy Sr. Mio y amigo: Ruego a V. se sirva dar cabida en su apreciable periódico a esta triste reseña de la agobiadora situación en que se hallan los pueblos de este Concejo en el que con tan desgraciada frecuencia se suceden las inclemencias del cielo y las calamidades de la tierra.

No se olvidarán en mucho tiempo los tristes efectos del furioso ciclón acaecido en los días 16 al 20 de Julio [de 1887] próximo pasado, que tanto desconsuelo produjo aun a los máas confiados y animosos habitantes, al ver destruidas sus cosechas y estenuados [caltiénse la ortografía orixinal] sus ganados, y por ende, la miseria e infortunio en el hogar. No olvidarán tampoco que a raíz de aquella calamidad que convirtió en pedregales feraces fincas se dejaban sentir también las visitas del Alguacil y comisionados de aprecio.

Y sin embargo, las anteriores desdichas parecen el preámbulo de una serie no interrumpida de calamidades, habiendo llegado su turno al nunca visto temporal de nieves.

He procurado inquirir exactas noticias de los efectos causados por los últimos temporales y empezaré por uno de los pueblos que está situado en la mayor elevación de estos puertos, denominado Sotres, en donde la nieve mide 5 metros de altura; sigue Bulnes con 4 metros, Tielve con 3 metros, Ortiguero 3 metros, Arangas 2 metros 50 centímetros, en Berodia 2 metros 50 centímetros, Asiego 2 metros 40 centímetros, Inguanzo 2 metros, Puertas 2 metros, en Carreña 40 centímetros, en Arenas 20 centímetros.

Por consecuencia de la gran mole de nieve que gravitaba sobre los tejados, se han hundido en Puertas 16 casas, en Carreña 14, en Inguanzo 10, en Arangas 10, en Berodia 9, en Arenas 7, en Ortiguero 6, en Póo 5, y en Asiego 4 habiéndose derrumbado también el pórtico de la Iglesia de este último pueblo y quedando en muy mal estado el edificio de la Iglesia al que acudieron gran número de vecinos que colocaron postes de sostén a las vigas para evitar la ruina completa.

La nevadona de 1888 en Nebraska, Estaos Xuníos d’América.

El pueblo de Sotres estuvo en completa incomunicación desde el día 15 del pasado, y aun hoy es imposible penetrar o salir de dicho pueblo, ignorando, por consiguiente, las novedades allí ocurridas, y sólo si tenemos noticia de que algunos vecinos de dicho pueblo, amagados a perecer de hambre, se arriesgaron a salir en caravana con dirección al inmediato de Espinama, en Liévana, haciendo esfuerzos sobrehumanos y formando escalinatas por encima del duro hielo donde iban fijando los pies, y aterroriza el considerar los precipicios inmensos que tenían que sortear y la muerte segura a que se esponían [caltiénse la ortografía orixinal] a poco que se hubieran resbalado los pies. Sólo pueden imaginarse el peligro que corrieron los que conozcan algo estos sitios y las espantosas simas y pendientes que tuvieron que salvar. Hasta la fecha nada se sabe del paradero de dichos vecinos.

En Bulnes cogió la nevada más de 40 personas en las cuevas apartadas del pueblo, donde la nieve llegó a medir 6 metros. En ellas permanecieron hasta el día 3 del corriente, haciendo heróicos esfuerzos para salir de sus prisiones.

Causa terror considerar cómo pudieron sostener la vida en aquellas oscuras cuevas cerradas por la nieve y sin otro alimento que los mismos ganados y reses albergados con sus dueños y pastores, viéndose estos obligados a sacrificar algunos animales y comerlos crudos, pues era imposible de todo punto hacerse con lumbre.

Estaban repartidos a 2 y a 3 en cada cueva, bastantes distantes entre sí y sin que los unos supieran de los otros. Un paisano que bajó de Sotres y dos de Bulnes, los cuales me han suministrado estos datos, renunciaron a subir persuadidos de que hallarían la muerte, y consideran que aun pasarán algunos días sin que puedan visitar sus hogares y familias, cabañas y ganados.

Se han cazado cinco jabalíes, dos entre Arangas y Arenas, uno en Póo, otro en Berodia y otro en Ortiguero.

Ignoro lo que habrá ocurrido por los pueblos de Peñamellera y Onís, pues este Concejo aún se halla incomunicado en dichos extremos.

Durante cinco días no ha podido pasar el correo a Onís, y hoy aún no transitan carros ni caballerías, no obstante, de hallarse trabajando con actividad más de 50 espaleadores entre Onís y Ortiguero.

Las pérdidas de ganados de todas clases han de ser de mucha consideración y que causarán la ruina de estos pobres pastores que perdieron para siempre el único elemento que siponían para atender a su subsistencia.

Estos son cuantos datos he podido recoger hasta la fecha y temo con fundamento que en la siguiente correspondencia, cuando ya los efectos del temporal último se manifiesten con abrumadora realidad, la lectura aflija el ánimo de los lectores, aflicción que podrá mitigarse con un destello de bendita caridad en favor de los desgraciados.

Yo le ruego, Sr. Director, que en su ilustrado periódico llame la atención de las corporaciones y representantes de la provincia y municipios con el fin de evitar que los desvalidos exclamen abandonados por todos la muerte que nos recogió.

Le anticipa las gracias por su deferencia su afectísimo amigo S.S.Q.B.S.M.

TEÓFILO

Arenas de Cabrales, 6 de marzo de 1888.

Ningún comentario debiéramos hacer a la carta anterior, cuyo estilo llano, pero tristemente elocuente, no lo necesita. Solo nos permitimos apuntar, para satisfacción del autor, que si en favor de tanto infortunio puede servir de algo este modesto semanario, disponga de sus columnas, que, aunque pobre la oferta, tiene por lo menos el valor de la sinceridad y buen deseo.


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